Cocinar con ajo y cebolla es fundamental en muchas recetas, aportando sabor y aroma característicos. Sin embargo, preparar estos ingredientes en pequeñas cantidades puede resultar una tarea que consume tiempo y esfuerzo. Una excelente estrategia para optimizar el proceso es preparar en cantidad y congelar el excedente, facilitando así su uso en futuras preparaciones.
¿Por qué congelar ajo y cebolla?
Congelar estos ingredientes no solo ahorra tiempo, sino que también mantiene su frescura por más tiempo. La clave está en picarlos en la cantidad que normalmente se requiere y almacenarlos en recipientes o bolsas aptas para congelación. Cuando llegue el momento de cocinar, simplemente agrega la cantidad necesaria directamente desde el congelador a la sartén. Esto elimina la necesidad de picar en cada ocasión, acelerando el proceso de cocinado y permitiéndote dedicar más tiempo a otros aspectos de la receta.
Cómo preparar y congelar ajo y cebolla
Eliminar el olor a ajo de las manos
Un problema común al manipular ajo es el olor persistente en las manos, difícil de eliminar con agua sola. Una solución sencilla y efectiva es frotar las manos con una superficie de acero inoxidable, como una cuchara o un cuchillo, bajo agua fría durante aproximadamente un minuto. La reacción entre el acero y los compuestos sulfurados del ajo ayuda a neutralizar y eliminar el olor, dejando las manos frescas y sin aroma.
Preparar y congelar ajo y cebolla es una estrategia inteligente para quienes disfrutan de cocinar con estos ingredientes y desean ahorrar tiempo. Además, conocer trucos como el uso del acero inoxidable para eliminar el olor de las manos hace que la experiencia en la cocina sea más cómoda y eficiente. Aprovecha estas recomendaciones para optimizar tu preparación culinaria y disfrutar de recetas llenas de sabor con mayor facilidad.